Customer Review: Sugoi Hydrolite

Finalmente llegó el sábado, sonó el desperatador a las 5:45 am, pero la ansiedad ya me tenía despierto. Me asomo por la ventana y el amanecer bogotano era perfecto: ¡estaba lloviendo!

No es que sea afiebrado, pero sin dudarlo un segundo me puse mi Sugoi Hydrolite amablemente donada por el grupo $\koppero$. Aunque el día mejoró, volvió a llover después del pueblo de La Calera. Ahí fue que actuó en pleno el materia "reactivo" que al tocar el agua formó unas ronchitas repelentes que la sellaron más. La verdad es que no me la quité y volví de regreso con ella puesta, acto bastante inusual. Antes eso era algo simplemente impensable ya que la pimienta y fragor de la subida hacen que se forme un ambiente sancochístico entre la epidermis, la camiseta y la chaqueta que puede llegar a unos 110°C formando un caldo de cultivos. Pero éso, es cosa del pasado por lo menos para mi, no para la "Achira" Méndez, el "Bigotón" Sefair, o la temible "Cochisa" Santamaría, que han experimentado el caldo en mención (y si lo niegan, no les crean). Pero la Hydrolite actuó, funcionó y rebasó todas las expectativas. De hecho por momentos, las ronchitas parecían elevar la chaqueta y con ellas mi peso, mejorando así el performance ciclístico.

Al llegar a casa, hubo registro fotográfico que anexo cortesía de O. L. Sarmiento, quien aún estaba dormida.